jueves, 13 de agosto de 2009

Ojala pudieras entender... ojala pudieras abrir un poco la mente... ojala una queja mia no siempre sea seguida de un enojo tuyo... ojala algún día sea tan perfecta como pretendes...

Solo quiero hacerte entender que te amo, te amo y te amo.

viernes, 7 de agosto de 2009

...

Sobre una escalera de cemento en una plaza interminable, rodeada de mucha, muchísima gente, sobre un colchón y cubierta con mantas que no dejaban ver más que un bulto había una niña alta y delgada. No se por qué, ni cómo, ni cuando; pero sabía que esa niña había sido abusada, torturada, maltratada y humillada.
Pasaron horas.
Caminaba por la plaza, pase por las orillas de ese colchón que mostraba, triste y desolado, manchas de sangre sobre él. Seguí. Caminé varios metros y podía ver como ella despertaba, asomaba su larga cabellera negra y su gran flequillo por sobre las mantas, abría dos grandes ojos casi negros y miraba todo a su alrededor. No tendría más de 12 o 13 años. Voltee a mirarla y a sus espaldas, parados y apunto de asechar había varios osos marrones y gigantes parados en dos patas. La miré y le grité que corra, que venga conmigo. Levantó su cuerpo tan delgado y comenzó a correr hacia mí sin mirar atrás.
La tomé y corrimos juntas, trataba de protegerla todo el tiempo, de que se sienta segura y cuidada, pero no sabía para donde huir. Busqué un lugar donde esconderme y vi un edificio donde la puerta de entrada se estaba cerrando. Corrí para alcanzarla pero la puerta se cerró, pero rebotó y se volvió a abrir. Entré corriendo, apresurada llevándola a ella conmigo. Las paredes eran de vidrio y logré ver del otro lado a la encargada del edificio que me hacia señas diciéndome que no podíamos estar ahí. Le grité que corra, que estaba en peligro, pero los vidrios que nos dividían no la dejaron escucharme. Mientras subíamos al ascensor, mientras la puerta se cerraba, pudimos ver las dos como los gigantes osos la alcanzaban y destrozaban con furia. Sin decir ni una palabra seguimos subiendo en el ascensor que se movía de manera extraña, como banboleandoce hacia los costados. Podíamos ver a través de una ventana del ascensor que algunas personas nos pedían ayuda desesperados y no podíamos hacer nada. Solo estábamos nosotras dos, nadie más que nosotras dos.

Fue en ese instante, en ese preciso momento que mi cuerpo se estremeció, el estomago me comenzó a doler y desperté. Desperté con una tristeza profunda y un terror tremendo inundaba todo mi ser. No logré volverme a dormir sin tener pesadillas terriblemente angustiantes, pero con escenas normales, que nada tienen fuera de lo común. Cada sonido, cada sensación me despertaba y el pecho se me un día y un dolor inmenso sentía en el corazón.

jueves, 6 de agosto de 2009

chin pum!

Busco y busco formas de distraer mi atensión de la rutina diaria que ya no me atrae ni estimula. Lo vengo logrando, hasta estoy de muy buen humor, pero hoy mi cabeza dijo BASTA! NO ME ENGAÑES MÁS! y me empezó a doler y doler. Llegó el horario de mi almuerzo y pense que yendo un rato a mi casa, tomando unos mates, sacandome las botas y cruzando las piernas sentada en mi mullidito sillón iban a hacer que ese mal estar desaparezca. ERROR!!!!!!!!!!!!! Hago todo lo que pensé, perooooo…. Estaban picando la pared del vecino frente a mi ventana, que cabe destacar; no tiene vidrio doble ni nada de eso. En resumén? La cabeza ahora me duele más que esta mañana.Y colorín colorado, este cuento ah finalizado??